Su familia y ella son de Silves, pero vivieron en Sevilla donde allí ella se dedicó a la enseñanza. Hizo la peregrinación a la Meca, de la que consta ese cumplimiento de esta obligación musulmana y tuvo fama de ser mujer virtuosa - persona que hace una cosas buenos.
Os presento un poema de ella titulado la vejez:
¿Que se puede esperar de una mujer de setenta y siete años,
que es tan frágil como la delicada tela de araña?
y gatea como un niño, buscando el bastón,
y camina como el cautivo, cargado de cadenas.
Andrea Escribano Ocaña
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